dijous, 14 de juliol del 2016

Questcequetudeviens?

Aurélien Bory / Compagnie 111
Stéphanie Fuster
Mercat de les Flors, 13/07/16
FESTIVAL GREC DE BARCELONA

Foto: Aglaé Bory
Publicat també al portal de crítics Recomana.cat
Una larga batalla


Cuando se consigue algo luchado con tenacidad y viene por sorpresa la pregunta ¿y ahora qué? La calma extraña del genio creativo, que es inquietud por el siguiente paso, ansiedad por un nuevo proyecto. La felicidad de esta artista se parece más a un recuerdo melancólico que a un futuro por dibujar. Sevilla fue el lugar de la catarsis, cuando decide dejar su Francia natal y reencontrarse con las raíces familiares. Mujer y extranjera que anhelaba ser bailaora. De vez en cuando la vida es una broma frente a la cual el verbo se hace movimiento.


Stéphanie Fuster pidió a Aurelien Bory un espectáculo en el cual explicar aquellos ocho intensos años de su vida. Y casi en penumbra nació Questcequetudeviens? Se parece al camino a recorrer desde el fondo de una cueva. En un extremo, las imágenes idealizadas. A este lado, las experiencias. Pudo trabajar con los más grandes, debió esforzarse como pocas, aprendió a dejar atrás: lo más difícil de una elección. Por eso el ambiente general de la obra se recrea tan claramente en el silencio de la introspección. Papel fundamental juega la iluminación, pero también el tono grave de la composición musical y un expreso alejamiento de esa furia con la que habitualmente relacionamos el flamenco. Y es que el recuerdo se teje de claroscuros. Así es en realidad, salvo que queramos engañarnos.

Vivir es desaprenderse y olvidar. Por eso el prodigioso zapateao se convierte en percusión acuática en la pequeña piscina. El rojo pasión del elegante vestido original, se torna oscuro. Y la composición musical y la guitarra de José Sánchez, con el cantaor Alberto García, de matices suaves espectrales, representa esa figura masculina: auténtico campo de la batalla, ganada con tenacidad. Allí, en el centro, está la bailaora: mujer de otro lugar que quiso conquistar terreno ajeno y que con ondulado movimiento de brazos y manos se regresa con lo mejor de la tradición flamenca, consciente de lo mucho que queda aún por hacer y alejada de algún que otro cliché que aún persiste.

¡Ole por la guerrera!


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