Zaragoza, sábado
29 de junio del 2013
Buenos
e interesantes contrastes ofreció la segunda tarde de Danza
Trayectos por las calles de Zaragoza. Con aportaciones diversas,
desde la danza más emocional al circo contemporáneo, éste con esa
auténtica revolución conceptual en la que está sumergido y que lo
sitúa en cartel destacado del gesto y el movimiento. Cuatro
espectáculos todos ellos repletos de sensibilidad, calidad técnica
y compromiso. Pero vayamos por partes:
1)
LaMov: compañía referente del panorama aragonés, inauguró la
tarde con una auténtica bomba emocional, el dúo Nosotros
interpretado por Elena
Gil y Mattia Furlan.
Tuvieron que emplearse a fondo, con un esfuerzo increíble para
lograr crear el clima adecuado para su pieza, en una plaza de San
Bruno llena y sin las condiciones técnicas suficientes, porque sin
linóleo en el suelo resultaba de alto riesgo algunos de los pasos
que ejecutaban. Acompañados por la música de transición al
barroco de un autor desconocido del sigo XV, y con un silencio casi
espectral como el que consiguieron, rindieron el público a la
poética de un paso a dos repleto de reflexión, extraordinariamente
compuesto, con momentos de cauce energético intenso, y que la
pareja supo transmitir con sencillez y resolución.



4) Y finalizó la tarde la compañía francesa IETO con su obra Inspiration. Dos interpretes del circo contemporáneo, dispuestos a agasajar con su propia felicidad, en los equilibrios que ejecutan. En la primera parte con sus cuerpos entrelazados, en la segunda con unas estructuras de madera que el público maravilló que no hubieran caído varias veces sobre ellos o les hubiera enganchado las manos. Una auténtica gozada ver el trabajo de Fnico Feldmann y Mosi Espinoza: complicidad y riesgo.
Y
es que circo y danza, o ambos por su lado, hicieron que esa tarde
zaragozana -como se dijo muy acertadamente por megafonía al final de
los cuatro espectáculos- la vida fuera algo más bella.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada