Mercat de les Flors, 10/V/2013
Con
una propuesta quizás algo más convencional de lo imaginado y un
extraño título, Daniel Linehan presentó una coreografía del 2011
en la clausura de la temporada de la Secció Irregular en el Mercat
de les Flors. Jugar a despistar es también una estrategia, así que
nada a objetar. Máximo si los escasos momentos de danza con los que
se recrean son solventes y con trazos personalísmos. Y porque hay un
relato que justifica hasta ese título, en la propia paradoja en la
que se instala el espectáculo: cantar la danza. Algo no muy habitual
(fuera, claro está, del denostado teatro musical, por resultar a la
progresía cursi y amanerado). Aunque más que cantar y bailar, se
trate aquí de coreografiar cómo una parte del cuerpo humano también
danza cuando emite sonidos a través de la glotis. ¡Y no cualquiera!
Bellas composiciones vocales, trabajadas con el asesoramiento de un
experto en la materia, y que comparten protagonismo con un movimiento disfrutado y ejecutado para que el detalle resuene en la mirada (y
los oídos) del espectador. Hasta muy cercanamente: cuando los
intérpretes pasean por el patio de butacas, siguiendo la trayectoria
de un juego de ordenador proyectado en la pantalla y susurrando
algunas ideas próximas al metalenguaje. La honestidad de la
propuesta es sincera. Y la entrega de los tres bailarines
indiscutible. Pero quizás el material desborda en exceso
intencionalidad. Y una limpieza narrativa hubiera permitido una
fiesta completa de despedida de la que quiere (y debe) ser una
sección que de cabida a lenguajes algo más transgresores que
simplemente decir no se sabe exactamente el qué, de no se sabe bien
de qué manera. Dicho, de todos modos, con el gozo de saber que un
personaje como Daniel Linehan y tantos otros como han pasado por esa
sección en el Mercat de les Flors, también tienen un espacio en la
programación de ese (nuestro) teatro público de las Artes del
Movimiento. ¡Que lo irregular sea habitual!
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