Juan
Carlos Lérida
Antic
Teatre, 10 de desembre de 2015
Publicat també al portal de crítics Recomana.cat
El
bailaor en su futuro
Podría haber acabado atacado de nostalgia en una operación como ésta. Cualquiera no. Con su sombra proyectada, como en el inicio del espectáculo, mientras se recrea con unas castañuelas, o pide acompañante para esa típica sevillana “A bailar, a bailar...” Ahí está el secreto: nunca dejar de hacerlo. Y transitar universos nuevos que muy lentamente van transformándose en originalidad, gesto personal, hasta de ruptura. Porque es en los entresijos de la mixtura de estilos en los que este artista ha sabido encontrar su posición. Sin lamentos, consciente de lo que dejó atrás. Convencido de futuro.
Para los que no tuvieron oportunidad de ver las numerosas piezas de referencia de las que muestra algunos fragmentos, el espectáculo dibuja una línea muy clara: la evolución de un lenguaje, que lo intenso es el camino transitado y no los anclajes en el tiempo. Para los que han podido seguir esa trayectoria, se convierte en una oportunidad única para situar la actual producción de Juan Carlos Lérida en contexto. Aquella tierra bajo la que oculta cada elemento significativo de la selección que ha hecho de su trabajo se encarga de entrelazar el significado de la obra. A veces resulta reiterativo para mantener una dramaturgia completa, pero como su baile, el gesto y cada trozo de recuerdo danzado van de menor a mayor intensidad, se acentúa todavía más la idea de bailaor instalado en este tiempo, que es el nuestro. ¿Qué significa, sino, ser contemporáneo de otro?
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