Pierre
Rigal / Aurélien Bory / Compagnie Dernière Minute
Mercat
de les Flors, 23/II/2013
La
particular forma física de Pierre Rigal (atleta de 400 m. lisos y
400 vallas) impregna su trabajo coreográfico. Estirado en decúbito
supino, en los primeros instantes de Érection nos enseña
como con un solo movimiento explosivo bastaría para ponerse en pie.
Algo así como el anuncio de un fin precipitado que podría dar a la
pieza y que, por contra, prefiere prolongar en esfuerzo magnífico
(por fácil que parezcan esos movimientos hechos por él) durante
casi 45 minutos. Hay algo de fundacional en esa intencionalidad:
siendo su primer solo cuando allá por el 2003 crea la Compagnie
Dernière Minute, parece preferir el milimétrico control del espacio
(en un cuadrilátero proyectado, a manera de ring), a la precipitada
resolución. Es el origen del momento o el tiempo necesario en que el
instante es, después de ser pensado. El insondable abismo cósmico.
O el de la lenta evolución del bípedo. O también el de las
decisiones que nos convienen y que aplazamos por temor... Tiempo
necesario en el que transcurre la dialéctica entre hombre y deseo. O
lo que es lo mismo: el espacio de vida de su tiempo.
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