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dissabte, 2 de novembre del 2019

Encuentros (selectivos) de calle

Un día festivo en una gran ciudad: SEVILLA 2019. La danza contemporánea sigue ocupando, y van 26 ediciones, espacios singulares. Maria González es la responsable de este Festival, espero que nadie ponga en duda su acierto. No solo por la respuesta del público: siempre lleno. Sobretodo por la selectiva calidad de las propuestas presentadas y el apoyo incondicional a las artistas de la comunidad. De no existir al frente, sencillamente estaríamos ante un problema grave: estima la danza, la defiende allá donde va y tiene el acierto de programar en clave de diversidad, que es algo que siempre respeta el público, aficionados o simples curiosos. Un día cualquiera de estos tantos años de aciertos, el 1 de noviembre, hemos podido ver cosas como estas:

(C)Luis Castilla
Foto: (C) Luis Castilla
Ática: Lucía Bocanegra y Elbi Balboa
Archivo de Indias
El encuentro de dos desconocidas. En el espacio urbano, claro: ésa es la clave del asunto. ¡Cuántas veces nos cruzamos con alguien con quien desearíamos romper la distancia! No se explica en la pieza cómo, pero el milagro ocurre. Pasean en el fragmento inicial. Ni se miran. Algo así es el problema de esta sociedad estresada en la que vivimos: ni la más mínima atención prestamos. Ni a nuestro entorno, ni a los otros. Estamos en el patio del Archivo de Índias. Como el día anterior fue presentada en la zona conocida como Las Setas. De la gestión de esa ocupación debería preocuparse con mayor atención la clase política: por su invasión, por la difuminación de la identidad que produce el turismo masivo. Ellas deciden romper con esa dinámica. Son Lucía Bocanegra y Elbi Balboa. En coherencia, aprovecharon aquella primera ocasión en la que también, casi por casualidad, coincidieron en el Festival Mes de Danza de Sevilla. Y empiezan a interaccionar. Es su danzar un suave choque de universos. Casi se produce con prudencia, sin invasiones. Su naturalidad, la intensidad de ese aprendizaje y la conexión entre ambas es lo más destacado de la propuesta.


Jinx 103: Jozsef Trefeli & Gábor Varga
Puerta de Jerez

Foto: (C) Luis Castilla
El folklore como punto de encuentro. Para la celebración, para conjugar los deseos, para sentir el placer de estar juntos. Así lo viven estos intérpretes, que se reapropian de lo común para bailar lo próximo. Dos, como síntesis de una comunicación que solo lo popular y lo tradicional, húngaro en este caso, puede consolidar como proyecto de calle. Por su sinceridad. Por su nula pretenciosidad. Porque resulta tan verdad como bailar. Como jugar con el público, en especial en el primer fragmento con una cinta de separar espacios, de esas de bandas rojas para que no se traspase un lugar delimitado. Sus caras lo delatan todo: felicidad en estado puro. Mientras conjugan desplazamientos, percusión, danza tradicional y expresión contemporánea. Una maravilla de compenetración para un desarrollo coreográfico de retazos de expresión comunitaria, que reinterpretan, que actualizan para poner en evidencia que solo porque pertenece a todos, está bien vivo.


El lago de los cisnes (el pequeño)
Coreógrafo: Iker Gómez, intérpretes: Rubén Cobas y Xana Llaneza
Metro Puerta de Jerez
Foto: (C) Luis Castilla

Otra oportunidad para destacar lo evidente, en este día de reivindicación de la calle, la diversidad y la comunicación. No existe repertorio que no pueda ser reinventado. Así de contundente, aún a desagrado de los más inmovilistas. Y eso es lo que hace Iker Gómez con esta versión reducida a quince minutos de la pasión y tragedia del amor que pocos ballets logran explicar tan bien, con el extraordinario pas de deux del tercer acto. Un añadido, por cierto, un mes después de su estreno en Moscú. Para que después nos emperremos en la esencia. Pues bien: la coreografía presentada en el marco de la Red A Cielo Abierto, conjunto de propuestas de calle que visitan diversos festivales, acentúa la fisicalidad por encima de la delicadeza emocional. Imprescindible para ello el concurso de los dos extraordinarios intérpretes, que sobre una amalgama de lenguajes que van desde las danzas urbanas, el contemporáneo y algunos apuntes de clásico, logran lo que probablemente su versión original no pueda en la actualidad: la conexión casi mágica con el público más joven, arremetidos de pasión, imagen e inmediatez, tres características que la propuesta encarna con determinación. Ese amor-pasión imposible tiene mucho de “story” de Instagram: retrata el momento, se mueve apasionadamente y desaparece al encuentro de otra experiencia. Brillante retrato para acompañar este día en Sevilla, mientras en una pared de una calle céntrica se lee en una pintada: “saludad a la gente por la calle”. Y bailadla, por favor...

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