Col·laboracions

Festivals

dimecres, 1 de maig del 2019

Mercedes mais eu

Janet Novás & Mercedes Peón
Sala El Torín, 27 d’abril de 2019
Festival Sismògraf

Foto: Martí Albesa

Femenino: plural de artista

Un buen festival debe servir para descubrir artistas que en otros contextos quizás pasen más desapercibidos. No porque su trabajo no merezca un foco enorme, simplemente por lo atrapado de la programación regular. Y alguna dificultad de eco, todo sea dicho. Así que muy atentos a esta maravilla que apareció y que reclama a voces un teatro y unos cuantos días de "corre-ve-y-dile": Mercedes mais eu.

Primera consideración: lo plural. Mercedes Peón es compositora y música. Conocedora profunda de la tradición y los sonidos de su Galicia natal, reinventa todo ese patrimonio, actualizándolo y convirtiendo su interpretación en un canto libre y duro. No se debe más que a su intencionalidad y la ejerce con contundencia. Por su parte, Janet Novás es bailarina de contrastes, intensa y delicada a la vez, impactante y fuerte. Baila como un torrente, pero sabe también cómo expresar circunspección. Juntas generan algo único: pluralidad, en el lenguaje de cada una -claro-; pero especialmente en la voz que ponen a la diversidad, en el espectáculo.

Segunda consideración: lo femenino. Que no demuestran, que no justifican, que simplemente ejercen. Verlas moverse por el escenario, porque la coreografía no tiene sólo que ver con la danza sino más bien con la posición de cada una de ellas frente al mundo, demuestra lo obvio: que se sostienen, que comparten condición, que se respetan en su mirada y el tono de sus palabras. ¿Quién dijo binario? ¿Qué es eso? Solo humanismo: femenino.

Tercera y última consideración: sobre el artista. Bailarina y cantante. Percusión electrónica. La de los instrumentos. El cuerpo y los teclados. Una sola cosa: Janet llevando al paroxismo su ejecución. Mercedes actuando en el límite del mundo. Es una fiesta lo que generan las dos juntas. Una de las grandes. No debiera nadie perdérselo: ni los programadores que miraban estos días en Sismògraf; ni el público que, entusiasmado (extasiado) recompensó con una de las ovaciones más sentidas del festival.

Foto: Martí Albesa

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